Síntomas del trastorno afectivo estacional
Es posible que hayas oído hablar del “trastorno afectivo” antes, pero nos sentimos llamados a compartir más profundamente sobre este escenario porque es mucho más común de lo que uno podría sospechar.
Sentirse “mal” es un término que se utiliza literalmente (especialmente en los meses fríos), pero ¿sabías que también es una metáfora de una condición real?
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el trastorno afectivo estacional (TAE) es:
Un tipo de depresión que aparece y desaparece con las estaciones, que suele comenzar a fines del otoño y principios del invierno y desaparecer durante la primavera y el verano. Pueden presentarse episodios depresivos relacionados con el verano, pero son mucho menos comunes que los episodios invernales del trastorno afectivo estacional.
Tal vez no sea una coincidencia que el acrónimo también escriba "triste", pero, no importa cuán difíciles puedan parecer las cosas en este momento, por muy desafiante que pueda ser incluso levantarse por la mañana, debes saber que hay esperanza.
En este blog, profundizaremos en:
- Causas del trastorno afectivo estacional
- Signos y síntomas a los que hay que prestar atención
- Prevención y manejo del trastorno afectivo estacional
Causas del trastorno afectivo estacional
Si bien no conocemos las causas exactas del trastorno afectivo estacional, algunos científicos creen que ciertas hormonas que se encuentran en las profundidades del cerebro humano desencadenan cambios que afectan nuestra actitud. Puede ser más común en ciertas épocas del año. Los expertos creen que el trastorno afectivo estacional puede estar relacionado con estos cambios hormonales.
Una teoría: en otoño e invierno hay menos luz solar. Además, hace tanto frío que pasamos más tiempo en espacios interiores, acurrucados cerca de chimeneas y bajo mantas. La luz solar es responsable de una hormona importante, por lo que si tenemos menos de esta hormona, la serotonina, una sustancia química vinculada a las vías cerebrales que regulan el estado de ánimo, eso puede tener consecuencias graves. Cuando las vías de las células nerviosas del cerebro que regulan el estado de ánimo no funcionan con normalidad, el resultado puede ser una sensación de depresión, junto con síntomas de fatiga y aumento de peso.
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Nuevamente, sabemos que esto puede sonar oscuro e incluso generar detonantes en este momento, pero hay esperanza.
*Si bien analizaremos algunas ideas, asegúrese de comunicarse con un médico o un profesional de salud mental para sus circunstancias específicas, especialmente si los sentimientos persisten o empeoran.
¿Cuáles son los signos y síntomas del TAE?
Estos son los síntomas a los que debes prestar atención en los meses fríos:
- Sentirse deprimido la mayor parte del día, casi todos los días.
- Sentirse desesperanzado o inútil
- Tener poca energía
- Perder interés en actividades que antes disfrutabas
- Tener problemas para dormir
- Experimentar cambios en su apetito o peso.
- Sentirse lento o agitado
- Tener dificultad para concentrarse
- Si tiene pensamientos frecuentes sobre la muerte o el suicidio , comuníquese con un profesional de salud mental o con la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255. Por favor.*
Los síntomas del patrón invernal del TAE incluyen:
- Tener poca energía
- Hipersomnia
- Comer en exceso
- Aumento de peso
- Antojo de carbohidratos
- Aislamiento social (sensación de estar “hibernando”)
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Prevención y gestión
Existen diversos tratamientos para el trastorno afectivo estacional, como medicamentos, terapia de conversación, ejercicio y una dieta saludable. Es importante consultar con un profesional de la salud sobre estos temas, pero mientras tanto, aquí hay algunos alimentos que puede incorporar a su dieta para combatir los síntomas del trastorno afectivo estacional en casa lo antes posible:
Ácidos grasos omega 3
Los ácidos grasos omega-3 han sido elogiados por sus beneficios para la salud, incluida la posibilidad de que influyan en el estado de ánimo. Un estudio de la Universidad de Pittsburg descubrió que las personas con niveles más elevados de ácidos grasos omega-3 tenían menos probabilidades de experimentar síntomas moderados o leves de depresión.
Las fuentes que contienen los niveles más altos de ácidos grasos omega-3 incluyen las semillas de lino, los frijoles, las semillas de chía y las nueces.
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Bayas
El estrés empeora los síntomas de la depresión y agota el organismo. Las frutas como los arándanos, las frambuesas y las fresas pueden ayudar a prevenir la liberación de cortisol, una hormona producida por la glándula suprarrenal, en respuesta al estrés.
Ácido fólico
Algunos estudios han ilustrado el efecto del ácido fólico en el cerebro, así como cómo puede actuar como un elemento que mejora el estado de ánimo.
Los alimentos que contienen altas cantidades de ácido fólico incluyen las verduras de hoja verde, la avena, las semillas de girasol, las naranjas, los cereales fortificados, las lentejas, los guisantes de ojo negro y la soja.
Vitamina D
La vitamina D se conoce como la “vitamina del sol” porque el cuerpo puede producirla utilizando el colesterol y absorbiendo la luz solar natural. ¿Sabías que tu estado de ánimo general puede mejorar con tan solo 10 minutos de exposición al sol? Por eso la fototerapia es un tratamiento importante para el trastorno afectivo estacional. El cuerpo también puede absorber vitamina D a través de los alimentos.
Las fuentes alimenticias de vitamina D incluyen tofu, cereales fortificados y leche de soja, hongos y jugo de naranja fortificado. También puedes obtener vitamina D en forma de suplemento.
Nutrición y tu piel
Es importante recordar que la falta de nutrición afecta a todo el cuerpo, incluida la piel, que necesita grandes cantidades de vitamina C y vitamina B12 para prosperar.
Controlar el estrés también es una parte vital para mantener a raya el trastorno afectivo estacional, y practicar una rutina matutina constante es un gran comienzo.
12 alimentos con mucha más vitamina C que las naranjas
Para aumentar la vitamina en esta época, es importante recordar que hay alimentos con mucha más vitamina C que el jugo de naranja.
Una naranja de tamaño mediano contiene 69,7 mg de vitamina C. Puede parecer mucho, pero, en realidad, el jugo de naranja no es el santo grial de la salud y el fortalecimiento del sistema inmunológico, como nos han hecho creer. A continuación, se indican otros alimentos con incluso más cantidad de esta vitamina:
- Chiles picantes: 107,8 mg de vitamina C en media taza
- Pimientos rojos y verdes
- La col rizada, que tiene alrededor de 80 mg por taza.
- El brócoli aporta 132 mg de vitamina C - ¡Vaya!
- Papaya
- Fresas, que también se cree que ayudan a blanquear los dientes.
- La coliflor aporta 126,7 mg de vitamina, al mismo nivel que el brócoli.
- Coles de Bruselas
- Piña
- El kiwi tiene 137,2 mg de vitamina C por cada 2 frutos compactos
- El mango contiene aproximadamente 122,3 mg de vitamina C.
Si bien consumir vitamina C es poderoso para este aspecto estacional, también ayuda a reponer la piel que puede resecarse durante los meses de invierno, lo que no necesariamente nos hace sentir mucho mejor.
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